Por Caroline Chisholm— artículo traducido del inglés y publicado por STAT (Society of Teachers of the Alexander Technique)
Recordando el Oro olímpico para F.M, Alexander
El cuatro sin timonel de remo británico ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas (2004). Dos de los remeros se prepararon con la profesora de Técnica Alexander Caroline Chisholm.
Al mirar la imagen observo que los dos remeros que recibieron lecciones de Técnica Alexander (Williams, primero por la izquierda, y Coode, tercero) son capaces de dirigir su movimiento [erguidos, plena funcionalidad del hemisferio corporal superior] y mantener su coordinación musculo-esqueletal y consciencia postural bajo una enorme presión física y mental en el fragor competitivo de la final olímpica de 2004. Algo enorme había sucedido para ello.
Los remeros que me encontré [al empezar] tenían una fe casi religiosa en el músculo contraído, una musculatura sobretrabajada, y un sistema inmunológico al límite. En el lado positivo, iba a trabajar con deportistas de talla mundial y llegué a conocerles como personas muy especiales.
Estas son algunas de las áreas en las que trabajamos.
Sistema inmunológico
Los remeros estaban sometidos a una enorme presión psicológica, emocional y física durante siete días a la semana, durante once meses al año. Por tanto, su sistema nervioso no para casi nunca. Muchos de ellos tienen problemas de garganta, fatiga y una frecuencia cardíaca más rápida que lo normal que ellos asumen que es normal. Sin embargo, al poco de empezar a trabajar conmigo empezaron a disfrutar con las sesiones de descanso activo (posición semisupina) tanto en la preparación de la prueba como en la recuperación posterior.
Lesiones
El exceso de entrenamiento es un problema para los remeros porque se pasan muchas horas levantando pesas y trabajando en el ergómetro. Esto puede ocasionar el acortamiento de los músculos y provocar lesiones como la fractura de costillas, algo frecuente en el mundo del remo. El proceso de cobrar consciencia de su respiración y de su expansión [de la caja y musculación torácica] mientras están tumbados con la Técnica Alexander les ayuda a reconocer y darse cuenta de lo que pueden hacer para prevenir estas lesiones.
A los remeros se les enseña a echar la cabeza para atrás al levantar pesas. Cuando pedí a los remeros olímpicos que no hicieran [que inhibieran ese gesto], [tras un momento de escepticismo] pronto afloraron las sonrisas en sus rostros al darse cuenta y experimentar la facilidad con la que empezaban a levantar las pesas.
Consciencia sensorial
Los deportistas tuvieron un comportamiento excelente a la hora de escuchar y retener información relacionada con la actividad física, y aprendieron muy rápido. Pero el proceso de notar los cambios musculares y de soltar [el exceso de tensión] llevó más tiempo. Sin embargo, con mucha escucha interior por su parte y mi constante apoyo y dirección, pasaron a disfrutar y a mantener en el tiempo una estructura postural más abierta y expandida.
Sobreesfuerzo en el bote
En general, resulta doloroso observar a los remeros usar su cuerpo en el bote. Rompe el corazón ver el daño que van acumulando en su cuerpo para su vida posterior a la práctica deportiva. Convencer al remero de que pivotee el torso a partir de la unión de la cadera en vez de usar la cintura como si fuera una articulación es un proceso lento y gradual. Su formación tradicional pone un énfasis enorme en endurecer los abdominales.
Neutralizar (inhibir) el instinto reflejo de “miedo” en una embarcación inestable y fina como un lápiz sobre aguas vivas no es fácil. Pero tras practicar la “inhibición” (dejar de sobretensionar) y trabajar numerosos juegos orientados al remo, los deportistas británicos consiguieron un maravilloso movimiento giratorio en la cadera que les proporcionó varios centímetros más de longitud en la columna. Esto les permitió alargar y fortalecer la palada y, con ello, dotar al bote de mayor propulsión y rapidez hacia el oro olímpico.
VIDEO DE LA PRUEBA